Estudios seriamente realizados han concluido que de 100 personas que entran a un programa de rehabilitación por drogas, 70 siguen todo el proceso, pero solo 30 logran mantenerse alejadas de las droga durante el año posterior al tratamiento. La dificultad para alejarse de esta adicción es real y por eso se necesita algo más poderoso que un simple tratamiento. Anderson vivió en las calles en donde fácilmente cayo en el flagelo de las drogas, llego al trágico punto de creer que su vida no tenía salvación y de querer morirse; pero un día una persona enviada por Dios le presento una salida más efectiva que el mejor tratamiento de la ciudad; Anderson empezó a asistir a nuestra Misión Berakah y al poco tiempo tuvo la oportunidad de ir a uno de los poderosos retiros espirituales llamados “peniel” de nuestra iglesia y hoy sus palabras y pensamientos de derrota cambiaron a lo que dice la Biblia: salmo 40:2 “ Me saco de la fosa de la muerte, del lodo y del pantano; puso mis pies sobre una roca, y me planto en terreno firme” En uno de nuestros cultos nos testifico y con alabanzas cantó al Señor acerca de cómo su vida cambio al conocer a Jesús; fue rescatado de las drogas, hoy asiste fiel a la intercesión, empezó a trabajar y hoy vela vida con la esperanza en la misericordia de Dios. Para muchos las estadísticas no son alentadoras y cualquiera podría pensar que salir de las drogas o de cualquier situación difícil sería imposible, pero ¡¡hoy Anímate porque Cristo tiene el Poder para Cambiar!! Él puede sacarte de la fosa de muerte y ¡¡poner tu vida en un terreno Firme!!