El estrés aumentó, parejas colapsaron, la soledad lanzó en cuerdas del pecado a muchos. Pero Orlando y Diana que tenían tiempo de cristianos llegaron hace un par de años a nuestra Iglesia y reconocieron:
> sienten envidia, y no pueden obtener lo que quieren. Riñen... Y, cuando piden, no reciben porque piden para satisfacer sus propias pasiones. < Stg 4
Su matrimonio había colapsado, pero decidieron aún separados, hacer su proceso con Dios, en discipulado, en intercesión, en penieles y en medio del covid, contra todo lo que él mundo vive, JESÚS respondió ¡con un milagro!! Escúchalo:
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