Cuando a Cindy Morales le informaron el diagnóstico del estado de salud del padre de su hijo, no le dieron ninguna esperanza, de acuerdo con los médicos era inminente su muerte. Luego de la golpiza que recibió en la cárcel por parte de otros internos varios de sus órganos estaban tan afectados que uno a uno dejaba de funcionar y se esperaba un colapso, era cuestión de tiempo.
En esos momentos lo único que Cindy tuvo en mente, fue hacer aquello que había aprendido en la iglesia, pero que al abandonar había dejado de practicar; postrarse y pedir a Dios un milagro. Así lo hizo, de rodillas pidió a Dios por la vida del padre de su hijo,- sálvalo-, le rogo, y -yo volveré- Fiel a su palabra nuestro Salvador escucho su petición y la promesa que Cindy le hiciera y de inmediato le envió su respuesta en la Biblia “Señor y Dios mío, Dios de mi salvación, líbrame de la muerte, y entre gritos de alegría te daré gracias por declararme inocente. Abre mis labios y te cantare alabanzas……
Para ti, la mejor ofrenda es la humildad. Tú, mi Dios, no desprecias a quien con sinceridad se humilla y se arrepiente…” Salmo 51:14-17 TLA. Los médicos le confesaron a Cindy “ese joven volvió de la muerte” ella lloró ante toda la iglesia volviendo a la fe y a su entrega a Dios.
Aunque estés en una espantosa situación como en “una cárcel” o te hayan maltratado brutalmente “como una golpiza por maleantes” pero Jesús escucha como lo dice su palabra ¡¡a quien con sinceridad se arrepiente y se humilla”